Puerto de Foz

 
Puerto pesquero

Durante los siglos XVI y XVII Foz contó con un importante puerto y con uno de los tres astilleros más importantes de Galicia. Armadores y pescadores focenses se dedicaban, fundamentalmente, a la captura de ballenas. Esta importancia pesquera fue decayendo con el tiempo, aunque hoy queda una importante tradición marinera.

Desde ese primer asentamiento prerromano hasta la actualidad, la historia de Foz está estrechamente ligada a su vecindad con el mar. Por el Cantábrico llegaron los fenicios, e incluso se dice que también navegantes llegados desde Tartessos, al sur de la península.

Esta población siempre fue un pueblo pesquero, y de ahí salía su principal riqueza. Más aún cuando se convirtió en un importante puerto ballenero.

Tanto es así que a finales de la Edad Media aquí estaba uno de los astilleros más importantes de la costa gallega.

El puerto se aprovechaba de la presencia del río Masma. Esas condiciones creaban un refugio perfecto para las embarcaciones. Y no solo para las naves de los marineros locales, también aquí atracaban embarcaciones que realizaban rutas más lejanas. Por eso, en la Edad Media no era raro que aquí se oyeran la lengua de marinos portugueses, ingleses o flamencos.

Esas condiciones del puerto de Foz, el privilegio de poder pescar ballenas y el tráfico internacional hizo que Foz viviera en los siglos XVI y XVII su época de mayor esplendor económico.

Sin embargo, a comienzos de la siguiente centuria España perdió sus derechos en la caza de ballenas, y eso supuso un importante varapalo para el puerto de Foz. La consecuencia fue que de manera paulatina perdió importancia.

Hoy en día ya no es el puerto que fue, pero desde aquí siguen zarpando los marineros de Foz para hacer sus capturas, los peces y mariscos que luego te podrás encontrar en el mercado o en los restaurantes de la población.

Y esta es la metáfora que puede resumir el presente de Foz, una ciudad con una larga historia ligada al mar, que en la actualidad sigue viviendo de lo que le ofrece el Cantábrico, pero sobre todo de los visitantes que llegan hasta aquí para conocer su gastronomía y estos bellos paisajes marineros.