Los Acantilados de Papel y el Islote de Ansarón

 
Espacio natural

La punta Morás, su puerto, los acantilados, los islotes en zona protegida ambientalmente y el parque etnográfico constituyen un conjunto muy bonito, diverso y estimulante, con paisaje, naturaleza, e historia industrial. Podremos contemplar los llamados Acantilados de papel, modelados por el mar y el viento formando creativas formas y en la zona del puerto, el lugar donde estuvo hasta el año 1977 la antigua factoría ballenera.

Los Acantilados de papel, situados en las cercanías de la Punta de Morás, son unas magníficas formaciones de rocas graníticas, de extraordinaria belleza.  Tienen una altura de unos 40 m, esculpidos por la acción del viento, y la fuerza del mar a lo largo de los siglos. Su nombre proviene de su apariencia, formando pliegues, dobleces, formas caprichosas y singulares que nos hacen pensar en papeles y además estimulan nuestra imaginación e inventiva para reconocer y crear formas basadas en la realidad o la fantasía.

Desde la punta y cabo de Morás observaremos los Islotes Farallóns al este, y para el Oeste podremos incluso acercarnos paseando hasta el Islote de Ansarón y Las Salseiras hacia Punta Arxente. Forman parte de una costa rocosa, recortada, sinuosa y abrupta que está protegida por las figuras de ZEC (Zona de Especial Conservación) Costa Marina Occidental y por la ZEPA ( Zona de Especial Protección para las aves) que abarca a mayores el territorio marítimo.

La isla de Ansarón con sus 10 hectáreas de extensión es una de las mayores islas de la costa lucense, alcanza unos 80 metros de altitud, con acantilados muy ricos, productores de percebe y pulpo de la piedra.  Además su protección viene derivada de la importancia como lugar de cría de aves marinas como la gaviota patiamarilla, cormorán moñudo o ostrero que actualmente solo nidifica en esta costa en Galicia, tratándose de la población más sudoccidental de Europa.

A las afueras puerto de Morás, lleno de barcos que practican la pesca artesanal de bajura, podremos hacer un paseo simbólico por la zona donde estuvo la antigua factoría ballenera de Morás. Funcionó de 1965 a 1977, dirigida por Massó Hermanos S.A. Ocupaba algo más de 10.000 m2, con una capacidad de almacenamiento de 2.000 Ton de aceite en bidones y una cámara frigorífica destinada a la carne. Llegaron a trabajar unas 60 personas y el  cierre se produjo 8 años antes de la entrada en vigor de la moratoria de la caza de ballenas en 1985. En la actualidad las instalaciones fueron derribadas y solo queda visible la rampa para izar a los ejemplares de rorcuales (azul, común y norteño) a las naves de tratamiento.

En esta zona estaba también la fábrica de dolos, las famosas piezas gigantescas de hormigón, que se pueden ver en las cercanías.  Sirvieron para construir el puerto de San Cibrao, colocándose entrelazadas como un rompecabezas