Calexón do Muro
Considerada como una de las calles más angostas de España, este estrecho pasadizo, de poco más de metro y medio de ancho, formaba parte del adarve de la antigua muralla que daba acceso a la ciudad medieval amurallada de Viveiro.
En tiempos pasados la muralla medieval de Viveiro sufrió muchísimas transformaciones y derrumbamientos, debido al crecimiento de la ciudad, a las guerras y luchas históricas. Este estrecho callejón, formaba parte del adarve, o paseo de ronda, un corredor estrecho situado sobre la muralla, protegido al exterior por un parapeto almenado, que permitía tanto hacer la ronda a los centinelas, como la distribución de defensores.
Las funciones de las murallas medievales eran diversas: protección frente a los enemigos, pero también frente a las epidemias no permitiendo traspasar las puertas a los infectados. Con todo, la función más importante de las murallas era la de proteger el tránsito de mercancías, base de la fiscalidad de la ciudad: sus productos básicos de la economía como el pescado, alimentos básicos, vino y otros suministros debían atenerse a unos itinerarios inamovibles.