PR-G 82 Ruta Monte Roxal - Teixido

Los arroyos de Vilapercide y Navais ofrecen muchos recursos

A la ruta se accede bajando por un camino que discurre por un pinar hasta llegar al arroyo de Vilapercide, donde comenzamos a descubrir el bosque de ribera. En el último tramo de la ruta también podremos descubrir sus sorpresas naturales en el Bosque de Teixido y Roxal.

En el camino encontraremos varios puentes o pasarelas de madera que comunican las dos orillas del río, presididas en distintos tramos por unos árboles de gran porte, los alisos. Acompañándolos encontraremos también formando parte de estos bosques de ribera otros árboles como el fresno y el avellano.

Este bosque fresco y húmedo donde además de los árboles adaptados al río, crecen otras plantas, conforman un corredor verde lleno de vida que nos ofrece a los humanos bienestar y calidad de vida ya que nos proporciona muchos recursos básicos como agua, aire limpio, espacios para disfrutar de la naturaleza, plantas medicinales, frutos.....

Los bosques de ribera cumplen un papel ecológico fundamental en la conservación de los ríos, pues regula la temperatura de las aguas, especialmente en verano, sujeta las márgenes, impidiendo lo arrastre en las crecidas, y actúa como filtro verde purificando las aguas que se incorporan a las corrientes. Además ofrece refugio y alimento a una diversa fauna de la ribera, nos ofrecen distintos aprovechamientos y forman un corredor natural que facilita la dispersión de las especies.

Los animales de los ríos se adaptan a un medio en movimiento

Durante el camino podremos disfrutar pequeñas cascadas de los arroyos Vilapercide y Navas. A su corriente se tienen que adaptar tanto las plantas como los animales. La diversidad de invertebrados acuáticos que viven en el río es enorme y muchas veces descoñocida. También podremos descubrir muchas puestas de huevos de diversos anfibios como ranas, tritones, salamandras. Entre las aves con suerte podremos ver a la lavandera cascadeña con su movimiento incesante en las orillas y piedras del río o al mirlo acuático sumergiéndose en el río, en busca de los invertebrados (larvas de efímeras, libélulas...) que constituyen su alimento. La buena calidad de las aguas de un río es fundamental para contar con la presencia del mirlo, pues se trata de un ave muy sensible a la contaminación de los lechos.

El paisaje dibuja un territorio humanizado

La ruta continúa hasta Liñeiras donde atraviesa la carretera y va descendiendo hacia la fraga de Teixido y Roxal. En este recorrido podremos observar algunas panorámicas sobre el valle de Lourenzá formado por los ríos Batán y Baos, rodeado por las estribaciones montañosas de la Sierra de la Cadera, el Cordal de Neda y la Sierra de Lourenzá. El territorio que se divisa está formado por valles y montañas con agrosistemas combinados de plantaciones forestales, cultivos, bosques y matorral.

La superficie del bosque autóctono en Galicia se redujo al largo del tiempo. En este itinerario vemos una pequeña muestra de la vegetación potencial de Galicia y de la estructura de uso del territorio. Hoy en día el bosque autóctono ocupa menos de un 20% de la superficie arbolada de Galicia, que estaba cubierta por una vegetación formada principalmente por bosques de robles acompañados de otras especies autóctonas. Los robledales del entorno de la ruta fueron sustituyéndose por praderas para el pastoreo extensivo e intensivo del ganado, o para cultivos agrícolas, en una pequeña proporción. En la actualidad una parte importante del territorio está plantada con especies de crecimiento rápido, como los pinos y los eucaliptos dedicados la industria maderera y papelera.

Desde este punto en la cumbre, se vuelve al punto de inicio en la carretera siguiendo la señalización.