Cascada de A Férrea
El riachuelo de Parada desciende con mucha fuerza formando pequeñas cataratas y dejando espuma y agua vaporizada en el entorno. La más importante es la Cascada de A Férrea, con dos saltos de 8 metros y cambios importantes según la estación del año.
En los meses más secos la cascada apenas es un hilo de agua, pero en los inviernos más lluviosos adopta una imponente forma de cola de caballo.
La erosión sobre las rocas, en este tramo esquistos y pizarras, es importante y la vegetación solo ocupa los márgenes que nunca invade el agua.
Gracias a la humedad del lugar abundan los helechos y musgos, siendo el protagonista el bosque de ribera con sus alisos, sauces... También encontramos algunos ejemplares ancianos de especies autóctonas como robles y castaños, ya que la cascada se enclava en plena fraga de Muradal.
El agua era desviada desde la base de la cascada hacia los molinos de Muradoiro y Férrea, hoy solo ruinas.
Además de disfrutar de los valores naturales y paisajísticos de la de la caída de la cascada, se puede acceder por el monte a la parte superior, desde donde disponemos de una amplia panorámica de A Pontenova.